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Ácido tartárico

DEFINICIÓN

El ácido tartárico es un ácido orgánico que se encuentra de forma natural principalmente en la uva, y en menor medida en otros frutos como el tamarindo, las grosellas (especialmente la negra), los arándanos, las moras y el algarrobo. Su fuente más abundante y relevante, sin embargo, han sido siempre las uvas y los subproductos vínicos.

Históricamente, fue identificado en los 'tártaros del vino', es decir, los cristales que se forman en las barricas y toneles durante la fermentación y almacenamiento. De ahí se extrajo por primera vez y se consolidó como un compuesto clave en enología. Hoy en día, además de su uso en vinos y licores, es un ingrediente valioso en repostería y confitería.

Se presenta como un polvo cristalino blanco, soluble en agua, con una acidez seca, potente y persistente, distinta a la frescura más ligera del ácido cítrico.

 

PROPIEDADES TÉCNICAS Y APLICACIONES EN REPOSTERÍA

El ácido tartárico aporta un carácter más intenso y estructurante que el ácido cítrico, lo que lo hace ideal en aplicaciones donde se busca firmeza y estabilidad.

  • Estabilizante de claras de huevo: es uno de los ácidos más eficaces para espumas. En merengues se utiliza entre 1.5 y 3.5 g por cada 100 g de claras, logrando espumas más firmes, brillantes y voluminosas.
  • Regulador de pH en confituras y jaleas: ajusta la acidez para activar la pectina y conseguir geles más firmes. Su efecto es más seco y estable que el del cítrico, lo que lo hace especialmente útil en frutas con bajo nivel natural de ácido.
  • Control de cristalización del azúcar: en caramelos, evita la formación de cristales grandes y asegura texturas homogéneas, aunque aporta un perfil de acidez más robusto.
  • Potenciador del color: ayuda a mantener tonos vivos en preparaciones con frutas ricas en antocianinas (como uvas y moras). Al ser más persistente, ofrece una fijación del color más estable que el ácido cítrico.
  • Agente leudante en combinación: reacciona con bicarbonato de sodio liberando dióxido de carbono, aportando ligereza en bizcochos y masas rápidas.
  • Sabor característico: aporta una acidez más profunda, seca y duradera en boca, ideal para caramelos ácidos de larga persistencia, confituras densas y rellenos que requieren carácter.

Dosis orientativa:

  • Entre 0.1% y 1% del peso total de la receta. Conviene dosificarlo con cuidado, ya que su acidez es más agresiva que la del ácido cítrico.

 

ALMACENAJE

  • Conservar en recipientes herméticos, en lugar fresco, seco y protegido de la luz.
  • Evitar contacto con humedad, ya que es altamente higroscópico.
  • Vida útil: 18–24 meses en condiciones óptimas.

 

Conclusión práctica: mientras que el ácido cítrico aporta frescura y brillo, el ácido tartárico ofrece estructura, potencia y estabilidad. Es el favorito para merengues firmes, confituras con bajo ácido natural, caramelos intensos y aplicaciones donde se busca una acidez más duradera. Ambos ácidos no compiten, sino que se complementan: el cítrico es la frescura inmediata, el tartárico es la firmeza de fondo.

 

 
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Reconocido como “Latin American Best Pastry Chef” por The World 50 Best Restaurant y elegido por Forbes como uno de los “100 creativos más destacados de México”. Avalado por su trayectoria como pastelero en templos culinarios con 3 estrellas Michelin como elBulli de Ferran Adriá o The Fat Duck de Heston Blumenthal entre otros. Jesús dio vida a Postrería en 2013, premiada como “Mejor Experiencia Dulce de México” por varios años consecutivos. En la actualidad, comparte su maestría como juez en BAKE OFF México de HBO MAX y MasterChef, además de liderar PastryPedia, un proyecto que sintetiza más de una década impartiendo cursos y asesorías alrededor del mundo.